lunes, 26 de octubre de 2015

Dosis de rabia 1.

Soy el ala rota de aquél pájaro que nunca aprendió a volar; la mirada perdida de esa niña palestina que contempló cómo sus padres recibían un tiro entre deja y ceja; el "no me pasa nada" del suicida que mantiene una cuchilla pegada al brazo esperando un motivo para no hacerlo (que nunca llega); el ojo amoratado del transexual que vive amedrantado por un neonazi; y el arrepentimiento de una bulímica tras un atracón.

Soy la canción que nunca llegó a ser banda sonora; los sueños rotos de miles de jóvenes; la princesa desahuciada de su castillo, sin reino corona o príncipe; y la tristeza sin lágrimas ni llanto.

Los disparos nos alcanzan.

Nos desangramos.

Y ya... No duele.

Los charcos de sangre derramada llenan la calle y los políticos, entre tanto, corren a buscar asiento. Se miran con complicidad y sonríen.

Jóvenes en la calle y no precisamente de fiesta.Tiranos gobernando la magnífica "democracia" española, y seguimos callados. 
Pan y Circo. "Sálvame"  y "Real Madrid - Barça" en la televisión mientras miles de sirios hacen cola en nuestras fronteras. 
Masa entretenida o enfrentada, mientras los perros continúan con la política del "y tú más"
O eres de "los españoles, muy españoles, y mucho españoles" o eres de "los ultra radicales independentistas catalanes".
En la España de "charanga y pandereta" parece ser que no existe el gris.

Poetas, acompañados de dulces y bellas "señoritas" que hablan de amor y de mala vida entre raya y raya.

¡Ay!, ignorantes sabelotodo. Si vosotros supierais... 

La revolución está en las calles y la dirigimos nosotros.

La revolución está en las fronteras y... Esta vez, no lleva bandera.