viernes, 4 de marzo de 2016

Debí no haberte querido.

Debí haberte olvidado cuando pude.
Ahora no estaría tan jodidamente rota.
No escondería, entre corazón y coraza, los mil besos que nunca me diste.
Debí haberte olvidado y ya no dolerías.
No me mataría cada falta de palabra.
Cada lágrima derramada.
Ya no serías nada.

Debí no haberte querido cuando pude.
Ahora no te querría.
No me jodería verte taconear por cualquier local.
Sonreiría.
Debí no haberte querido y sin embargo lo hice.
Rompiste mis esquemas con tus tacones de morder clavículas.
Tu pintalabios marcó, por si las moscas, el camino de huida fácil.
Ya sabía entonces que nunca hubo fuego, y que las cenizas se las llevo el viento.

Rojo.
Rojo como tu pintalabios.
Rojo como tu pelo.
Mi cálido infierno.
Azul.
Azul como el hielo.
Azul como el frío.
Tu jodido corazón.