sábado, 31 de diciembre de 2016

2016.

Hoy 2016 me ha escrito una carta.
Me ha dicho que ya se marcha,
Y que no piensa dejar rastro.

Le he insultado,
Y me he dado a la fuga.

Hoy le pido a diciembre dos días más.
No quiero que 2016 termine.
No quiero que te vayas sin despedirte.

Hoy le he respondido a 2016,
Le he dicho que no se largue,
Que nunca es tarde,
Que a mí me queda mucho que aprender.

Hoy le he escrito una carta,
Rogándole que se quede,
Que jamás podré despedirme de él,
Que es tanto.

Le he contado su historia, y se ha sorprendido.
Jamás un año tantos llantos ha tenido.

Enero me traía a una realidad en la que no quería existir,
Desasosiego que perduró en Febrero, Marzo, Abril y Mayo.
En Junio huí a ninguna parte.
Huí allí dónde jamás habría pensado encontrarme,
De dónde jamás fui.
Huí al sur.
Julio trajo una brisa veraniega,
Ráfaga,
Y resultó que con ella, volvieron mis ganas.
Ganas de creer en mí, en ella y en lo que nos queda por delante.
Agosto, y comprendí quién es quién de verdad se queda.
Septiembre y c, de caída, de lucha de gigantes,
Y nueva vida,
Gran gente.
Octubre de orgullo, y de superación.
Octubre anhelado,
Octubre me envió una foto de la estación de trenes
Diez minutos antes de llegar,
Como quién avisa que no iba de farol
Cuando se está descubriendo el juego.
Noviembre es magia.
Es un mundo nuevo,
Mil responsabilidades asumidas gustosamente.
Noviembre, es…  Noviembre es ellos.
Un fin de semana que cambia tu vida,
Literal,
Y literariamente.
Diciembre…
Diciembre se me queda corto para rebañar los resquicios de este 2016.
Que ojalá no pase,
Jamás termine.

Pero, 2016, más que nada es personas.


Esas que espero que, aunque hayan aparecido hoy o ayer, no se marchen nunca.