domingo, 27 de abril de 2014

Mi media sonrisa diaria por favor.

¿Has sentido alguna vez esa sensación de que algo te pica y no te puedes rascar porque te haces daño?
Puede sonar extraño, pero eso es lo que siento al verte y no poder besarte. 
Día tras día, mirarte. Trastocando mi mundo, en el que nunca quise dejar entrar a nadie por este mismo motivo. Y es que hablando de motivos, aunque tú no lo sepas, eres el motivo de esta sonrisa bobalicona en mi cara. Desde que me levanto hasta que me acuesto. Día si y día también. Esté nublado o soleado. Esta estúpida sonrisa no se quita de mi cara. 

¿Sabes lo que es rezar sin ser creyente a un Dios en el que no crees para que te cruce en mi camino un día más y que te mantenga por mucho mucho tiempo? 
Supongo que no. No eres de esas personas que... Que son tan estúpidas como yo para enamorarse de alguien al que solo ves un minuto al día.

Quizás solo me tengas como una más. Ahí, sin inmutarse de tu existencia, pero créeme, eres una de las personas que hace que entre el nirvana con solo mirarme.
Nunca imagine que una persona que ni si quiera me conoce fuese tan importante para mi. 
Tú, mi Kriptonita, mi más bella debilidad. El punto de mi "i". 

Creo que jamás seré capaz de demostrarte cuanto significa una sola mirada.
Un tú y yo nada más. Duelo entre consciencia e inconsciencia. Mi lado racional que me dice que me tranquilice, mientras que mi lado irracional me grita con fuerza que arranque estas cadenas que me atan a mi cordura, que me salte las distancias, te abrace con fuerza y te arranque los labios a besos.
Y yo, mientras tanto, aquí parada sin saber por qué camino guiarme.
Sin saber a donde ir, acorralada por mi misma viéndote pasar todos los días, dedicándome esa media sonrisa que me vuelve loca. Que hace que mi lado irracional aumente sus fuerzas, removiéndose en mi interior, mientras mi lado racional lo contiene con su fuerza cada vez más perezosa.  

Quizá algún día te des cuenta de lo que una mirada tuya conlleva en todo mi ser. Creo que nunca me has mirado con el suficiente tiempo para darte cuenta la cara de estúpida que se me queda al verte pasar, con tu media sonrisa dejándome atrás. 

viernes, 18 de abril de 2014

Monstruos

En aquél rincón oscuro, en medio de la ciudad casi destruida, entre los escombros de la destrucción se encuentra una pequeña figura, acurrucada sobre si misma. Mirando a la nada. 
Lleva una larga camiseta blanca hecha girones que aún la sirve como vestido. El negro pelo tapa más de la mitad de su cara, donde es visible el cansancio acumulado de meses. 
Hace no tanto era una niña feliz, jugando en el parque con sus amigos...
La pequeña lleva meses sin moverse de las ruinas. Incluso cuando aquel lugar era tan sólo un cuarto en su casa y no las ruinas en las que se encontraba, ella seguía en ese mismo rincón. También seguía ahí el día en el que la luz explotó dejándola en la penuria entre los restos de lo que antes era su casa, que se había convertido en unas ruinas más. Otro lugar sin importancia aparente para el mundo, pero para la pequeña, aquel rincón seguía siendo su favorito. Siempre jugaba ahí, leía e incluso sus padres la encontraron más de una vez dormida en aquel rincón en su cuarto. 
La pequeña y pálida figura, por fin decide ponerse en pie tras días acurrucada en sus ruinas. Deambula por la ciudad, reconstruyendo los hechos. 
Ella no tendría más de 5 años cuando los monstruos hicieron su primera aparición en la cabeza de la pequeña.
-¿Quiénes sois? -.preguntó la pequeña con una gran sonrisa.
-Somos tú -.respondieron aquellas voces sin rostro. 
Un día, los monstruos la dijeron lo siguiente:
-No vales para nada. No deberías torturar más al mundo con tu existencia. No deberías existir. Eres el mayor error de la humanidad. 
La niña se asusto tanto y estas palabras la marcaron tanto que rompió a llorar. 
Cuando sus padres acudieron al rescate y la pequeña les contó lo ocurrido, la llevaron a médicos, a especialistas y curanderos. Probaron toda serie de tratamientos, medicinas, vacunas, terapias y nada calmo las voces que la pequeña tenía dentro. 
La niña que antes existía, alegre, extrovertida y sobretodo feliz se convirtió en un ser asocial, antipático, y asustadizo.
A los pocos meses de la aparición de los monstruos, ella dejo de articular palabra alguna, no volvió a comer, y jamás volvió a sentir.
Los monstruos se la habían llevado poco a poco.
Un día, a los monstruos les pareció que ya se habían llevado todo de la pequeña y que necesitaban algo más de lo que alimentarse, así pues, dejaron la cabeza de la pequeña, y tomaron la forma de la niña. 
Aquel mundo que existía en el exterior de la pequeña se convertía en gritos y caos lentamente. Escaparates rompiendose. Personas auto destruyéndose en medio de la ciudad. Todo causado por dos sombras con forma de niña.
La pequeña, observaba lo que ocurría en el exterior. Fuera de su rincón. Simplemente miraba. 
Así fue como todo término. Al cabo de pocos días, los ladrones se mataron entre sí. Los supervivientes se quedaron sin sustento y la luz explotó al acontecer tantos gritos a su alrededor. 
Ella continúa andando satisfecha de haber recordado lo ocurrido, y entonces...
- ¿Ya habéis terminado?-.pregunta la pequeña.
- Si mi ama-.responden al unísono las sombras, y a continuación vuelven a su sitio original. A la cabeza de la pequeña.