domingo, 8 de febrero de 2015

El juego de jugar a ll(amárnos)

Ya intento Neruda describir nuestra efímera y estúpida historia de amor con sus versos tristes, y a diferencia de él, aunque me pese,  he de decir que yo ya soy reincidente en ésta historia.


"Puedo escribir los versos más tristes esta noche" pero no los entenderías. Nunca probaste la melancolía que derramaban tus besos. Esos que traté de describir con tanta exactitud en múltiples papeles en blanco, que no dejaron de ser eso.


Sé que no voy a ser capaz, jamás, de describir "el mar de tu mirada".


Porque ya no te quiero, pero te quise, o quizás te quiero aún.


Jugábamos a ll(amarnos) a escondidas en medio de la noche. En un bar perdido. Entre balada y balada en un concierto. Nos ll(amábamos) de noche y de día. Cuando creímos crecer y caer.


Pero, un día, el teléfono se descolgó y dejamos que el cable tirase de nosotras. Cada vez que una ll(amaba) a la otra, ésta estaba comunicando...


Yo jugué a olvidarte y tú a seguir ll(amándome).


Entonces, me dí cuenta de que el juego del olvido no es muy divertido, además de poco productivo.


Y ahora...



Yo te ll(amo), porque nunca quise dejar de hacerlo.



Pero ahora...



Eres tú quién decide cambiar de ser ll(amada) a ser olvidada...



Está bien, tú decides.



Continuemos con el juego.

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